miércoles, 27 de noviembre de 2019

VENECIA SE INUNDA.


Venecia sufre los efectos del cambio climático.



Venecia sufrió la semana pasada la mayor catástrofe que se recuerda desde 1966. Un fuerte temporal, acompañado de un pequeño ciclón, propició la subida del agua hasta los 187 centímetros provocando la muerte de dos personas y desencadenando destrozos múltiples en viviendas, almacenes, hoteles y en su incomparable patrimonio artístico, con especial incidencia en la basílica de San Marcos, completamente inundada.
La ciudad de los canales asiste a un preocupante aumento de la frecuencia e intensidad de las habituales mareas de otoño.
Es precisamente la combinación del cambio climático y el hecho de que Venecia se hunda poco a poco, lo que multiplica peligrosamente el riesgo de que la ciudad sea frecuentemente engullida por el agua. Lo ocurrido estos días da una idea de las dimensiones del desastre que avecina.
En una semana se han sucedido tres mareas de alta intensidad, con crecidas por encima de los 140 centímetros, una situación inédita desde 1872. Si no se actúa con rapidez, las previsiones son devastadoras, toda vez que la ciudad podría permanecer anegada hasta ocho meses al año.
Pocos dudan ya de que la subida del nivel de mar, uno de los efectos más graves del cambio climático, está impulsando estos episodios recurrentes. Tampoco cabe negar que el Mediterráneo, cuya temperatura aumenta progresivamente, es en estos momentos una zona especialmente vulnerable al impacto del calentamiento global.

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