El fitoplancton posee clorofila, el pigmento que hace posible la fotosíntesis. Además de esto, sirve como alimento al zooplancton, que a su vez alimenta a otros animales marinos. Miles de millones de plantas microscópicas que habitan el seno de los océanos realizan su ciclo de renovación y muerte en apenas unos días. El fitoplancton es la bomba que produce la mayor parte del O₂ que respiramos. Pero, además de absorber la luz y de liberar O₂, la clorofila permite a estas minúsculas plantas retirar el CO₂ disuelto para fijarlo, en forma de carbohidratos, a sus estructuras biológicas.
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